¡¡¡ VIVA BORNOS !!!

17 abr 2012

MEDIO SIGLO, DOS ÉPOCAS (2ª parte)

Cuando España entró en los ochenta, después de que el pueblo  hablara  en aquél referéndum  del 15 de diciembre del 76 en el que  un ochenta por ciento del electorado  eligió  vivir en un sistema político basado en la democracia, los españoles, que  después de muerto Franco  empezamos a conocer  los supuestos casos de corrupción  habidos  en la dictadura, esperábamos  que cuando se consolidara el nuevo régimen democrático, junto con la libertad y los nuevos políticos aparecería  una nueva  quinta de hombres honrados  y organismos transparentes. Era tal la ilusión que los españoles habíamos puesto  en el cambio,  que  muchos acudíamos a votar  en compañía de nuestros hijos aún adolescentes, tal vez para  decirles que allí  en aquella  caja donde se depositaba  el sobre  comenzaba  una nueva etapa, una nueva vida, un mejor futuro para ellos. Verdaderamente   emocionante.

Pero estos pilares del nuevo gobierno se  estaban construyendo sobre los cimientos  de una doctrina militarista, fascista y clerical,  castigadas  por el aumento de las acciones terroristas  de las bandas ETA, GRAPO y FRAP,  que casi a diario  atentaban indiscriminadamente,  y refractaria  a asumir  diversos términos introducidos en la Constitución, lo que hacía tambalearse  a un sistema  aún no consolidado.

A principio de los ochenta, ya  calmada  la tempestad política que  produjo el frustrado golpe de estado del 23 de febrero se inicia la transición,  de cuyo trámite se encarga el  Partido Socialista  "PSOE " por haber ganado  las elecciones.

En esta década, el gobierno de Felipe González  lleva a cabo una política con constantes cambios sociales, muchos de éstos, como la creación de las empresas de trabajo temporal " E T T " que establecieron los contratos basura  fueron muy criticadas.

Asimismo,   en esta época se producen  en  España unos hechos  jamás conocidos.  Con  el caso  "Juan Guerra ",  el  " hermanísimo "   del    vicepresidente   del gobierno,  Alfonso  Guerra,  da comienzo   una  corrupción  generalizada, a cuyos  inicios  se suman  otros  de mayor calado, como el caso  de los " Fondos Reservados ":  Luís Roldán,  Director General de la Guardia Civil;  Rafael Vera , Director General de la Seguridad del Estado;  José Barrionuevo, Ministro de Interior y muchos más cuya lista nos llevaría hasta la actualidad,  con casos  que afectan a las más altas Instituciones del Estado.


La abundancia que nos hizo pobres. 

La frase  que  popularizó  el Presidente del   Gobierno, José María Aznar, " España va bien "  retumbaba en los cinco continentes. Y es cierto que  España  pasaba  por un periodo de desarrollo económico  equiparable  a las primeras  economías de Europa.  

Los factores  que propiciaron  aquel  desarrollo económico  transitorio residían mayormente en  el conglomerado de empresas de la construcción, relacionadas directa o indirectamente con la misma. Estas empresas necesitaban  mano de obra. La población española, debido a  la baja tasa de natalidad  generada  durante  décadas anteriores  por la incorporación   de la mujer al trabajo  y mayormente  por  la falta  de incentivos a la familia   caminaba  hacia  una población vegetativa, factores que llevaron  a los gobiernos del  PP  y  PSOE  a  llevar a cabo regularizaciones masivas de inmigrantes.  Mariano Rajoy,  entonces  Ministro de  Trabajo y Asuntos Sociales   argumentaba  que  la posesión de un  " bonobús " podría  ser suficiente    para  legalizar a  un inmigrante. Posteriormente,  Jesús Caldera,  también ministro   en la primera legislatura  de Zapatero,  hacía públicos a diario los  aumentos de cotizantes en la Seguridad Social, anunciando, igualmente,  trabajo y papeles para todos,  hechos que constituyeron  el conocido "  Efecto  Llamada ".  Así, nuestra riqueza y bienestar, anunciada  a bombo y platillo en todo el mundo hizo que  muchas ciudades españolas se llenaran de  inmigrantes  de todas  las edades,  razas y credos, llegando  muchas de éstas a aumentar  su población  hasta en un 50 %. 

Todo iba bien,  promotores y constructores de  viviendas se enriquecían,  los ayuntamientos  llenaban  sus arcas, las notarías y registros de propiedad abarrotados,  el  P I B  se desbordaba,  a   nuestros  políticos se le caía la baba  atribuyéndose  el protagonismo  del desarrollo económico  y  muchos   españoles  e inmigrantes  bebieron en la fuente de la ilusión. 

Como  hice en la primera parte de  este tema,   considerando que la exposición de  estos criterios   puede constituir  un texto  muy   prolongado lo dejaremos aquí para continuar en una tercera parte  con   "  la abundancia  que nos hizo pobres" ,  y  "  la pobreza que nos contagia ".

Como siempre, os envío mi más afectuoso saludo.

Juan Cabrera.

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