Se
equivocaron en casa,
se
equivocaban, se equivocaban,
pensaron que
Manuela,
aquella
humilde criada
era la
del dinero,
la que el
dinero les robara.
Por sus
señores denunciada
se la
llevaron los civiles
al cuartel
para interrogarla.
¿ Dónde está
el dinero ?,
todos le
preguntaban,
y
Manuela atormentada,
bajo
mil y una amenazas,
con girones
en su cuerpo
y lágrimas
en su cara decía,
allí,
allí lo tengo escondido,
en la
dehesa, bajo una palma,
y fueron a
la dehesa
y allí no
encontraron nada.
Se averiguó
la verdad
de esta
historia malsana,
pues
fue su misma señora
la que
aquel dinero hurtara,
callando en
todo momento
a pesar del
sufrimiento
de
aquella joven criada,
inocente y
víctima,
de la
gente avergonzada,
con
lágrimas en sus ojos
y la ira en
sus entrañas,
y
marchita como una flor
en el suelo
pisoteada.
Autor, Juan Cabrera Sánchez.- Girona
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