Es evidente que esto de la
crisis económica no está haciendo otra cosa que
desconcertar a todo el mundo.
Ayer veíamos como médicos y
científicos se empeñaban en alargarnos y mejorarnos la vida y hoy, políticos
y economistas se proponen lo contrario.
Ya nos podemos suponer que
vivir demasiado no es bueno para nadie. Llega un momento en que te conviertes
en un problema para los demás, y
además, te puede llegar a pesar tanto los años y la vida, que la muerte, aunque
todos les tengamos miedo, puede ser un gran alivio.
Pero si a alguien le quedaba
dudas, ahora nos lo confirman desde el fondo monetario internacional,
advirtiéndonos de que “no morirse a
tiempo supone un importante riesgo para
la economía “. Deberían indicarnos también, que es morirse a tiempo. ¿A qué
edad deberíamos morirnos?
Lo que parece, la longevidad y
la esperanza de vida ya no es, como antes,
un indicador de avance social.
A partir de ahora, los
trabajadores, ya no podrán aspirar a jubilarse del trabajo. Les subirán tanto
la edad de jubilarse que poco serán los afortunados que tenga unos años de vida
más para saborear esa jubilación antes de que venga a buscarlo “la parca”.
Tan mal se están poniendo las
cosas que, los hasta ahora respetados y respetables jubilados, (entre los que
me incluyo) pasaremos a ser un peligro social
a los que hay que vigilar de cerca,
y cobrarles los medicamentos y las muletas y, por supuesto, bajarles las
pensiones para que no tenga tanta alegría y ganas de viajar en el último tramo
de sus vidas.
En estas estamos paisanos. Yo
animo a toda la gente joven, a que no se resignen, a que no se conformen y no
acepten el camino por donde nos quieren
llevar esta pandilla de corruptos y, no
permitir que sean una generación estafada.
Un abrazo paisanos.
Perico Calderero.
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