Hoy quisiera
llorar en el hombro de alguien que me comprendiera. Hoy quisiera ocupar
un puesto en el cuerpo de verdugos del mundo. Hoy quisiera transformar a
la sociedad que me envuelve. Hoy, día que para muchos será una
jornada de éxitos; para mí, hoy, ayer y anteayer son jornadas de rabia e
impotencia ante el desorden, el incumplimiento de la legislación y
normas vigentes por parte de las instituciones, empresas públicas y
privadas y hasta las internas de cualquier colectivo o comunidad de
propietarios ( vecinos)
Hoy pienso
en ayer, cuando cuatro marroquíes se subieron al islote Perejil y
enarbolaron la bandera de su país. Entonces, el gobierno de Aznar no vaciló en
defender el peñasco con hombres y armas, mientras tanto, centenares de ciudades
españolas eran invadidas por individuos de todas las clases y colores del
mundo, y, España, siervo fiel de una burguesía infectada con el
germen nosocomial de la avaricia, de la corrupción y el mangoneo,
se convertía en el principal proveedor de mano de obra abundante, barata
y no cualificada en un mercado ya saturado. Así, el afán
recaudatorio del gobierno, con el pretexto de " España
va bien " y los ilimitados intereses de los demás entes
públicos encargados de la conducción del carro de la economía se
transformaron en un mecanismo que no paró de insuflar hasta
que explotó la llamada " burbuja ".
Hoy,
aquellas remesas de mano de obra que ante los efectos llamada de los
respectivos gobiernos y la burguesía entraron en España, y la Ley
de Reagrupamiento Familiar que les permitió importa a familiares: padres,
hijos, suegros, hermanos y demás parientes , que contribuyó a
la creación de una gran bolsa de familias multiparentales y
que en la actualidad lo forman alrededor de siete millones de personas,
engrosan la ya insoportable tasa de desempleo y familias sin
recursos, a las que en mayor o menor medida hay que alimentar, proporcionarles
vivienda , sanidad y educación gratuitas y ayudas
económicas.
Actualmente
hay en España multitud de ciudades con una población
que va desde los cinco mil hasta los 70 u
80 mil habitantes que han perdido su identidad; en muchos casos su
padrón refleja hasta un cincuenta por ciento de inmigrantes
censados.
El forastero
que llega a una de estas ciudades queda confundido; percibe
la sensación de encontrarse en una ciudad multirracial repleta de hijos
de la pobreza, la inmigración. El pequeño y mediano comercio actual,
regido por chinos, indios, marroquíes, subsaharianos
etc. ha destruido a la pequeña frutería de la Mari, ahora se llama
frutas El Rif, o la carnicería de Manolo, que la situación actual
le obligó a traspasarla, ahora es " Halal ". Los
restaurantes anteriores se han convertido en establecimientos donde
se sirven Kebags, Drums y otras comidas características de otros países, donde
no importa si el ciudadano está soportando molestos olores o el vecino no
puede abrir sus ventanas debido a ello.
Sectores
de muchas de estas ciudades donde antes era un placer
vivir, se han convertido en " Guetos ", donde la vivienda se ha
depreciado un setenta por ciento. Pero, evidentemente, como siempre
sucede, los individuos competentes en que no se formaran estas bolsas de
pobreza viven bien lejos de ella.
Como
siempre. Os envío mis mejores saludos.
Juan
Cabrera, Salt ( Girona )
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