¡¡¡ VIVA BORNOS !!!

12 dic 2011

EL SEVILLANO, EL TREN DE LA INMIGRACIÓN ANDALUZA

A nadie escapa que el desarrollo técnico de los medios de transporte ha motivado que los desplazamientos que antes experimentaban una larga duración ahora se completen en mucho menos tiempo. Lo que quizás sí pasa desapercibido para algunos es el nombre e historia de los vehículos protagonistas de una época pasada que posteriormente fueron relevados por la alta velocidad.

Uno de esos vehículos fue el mítico Sevillano, el tren que desplazó en las décadas de los 50, 60 y 70 a muchos andaluces ansiosos de una vida mejor hasta Cataluña. Testigos de su ruta fueron muchos bornichos.

Partía desde la Plaza de Armas de Sevilla y su destino era Barcelona Término, la actual Estación de Francia de la ciudad condal. Más de veinticuatro horas de viaje y un sinfín de paradas para meditar la decisión, combatir el miedo, conocer experiencias similares y contemplar nuevos paisajes desde las ventanas del vagón.

La primera parada tras la partida era Córdoba, a la que seguían Ezpeluy, Linares-Baeza, Ciudad Real, Alcázar de San Juan, Socuéllamos, Albacete, Valencia, Castellón, Tarragona y, por fin,  Barcelona. Significativas eran la detención en Albacete, donde vendedores de navajas ofrecían sus productos a los viajeros, y la reducción de velocidad que comprobaban los pasajeros en la zona levantina, que permitía a los más avispados bajarse del tren y robar unas naranjas. Emocionante resultaba el descubrimiento del mar para muchos al alcanzar Castellón.

La capacidad de los vagones rápidamente se veía sobrepasada. Siempre había quien viajaba de pie y dormía en el suelo con su maleta de cartón como almohada. A pesar de que existían dos tipos de billetes, uno para acceder a un asiento y otro más barato que no otorgaba tal privilegio, una norma no escrita imponía que siempre fueran los ancianos, mujeres y niños los que iban sentados.

Los controles eran frecuentes y se repetían durante todo el trayecto. La seguridad franquista combatía la esperanza de supervivencia de aquellas personas que no podían adquirir el billete o conseguir la carta del familiar residente en Cataluña en la que indicaba que se responsabilizaba de su estancia en esta tierra. Muy temido era el Grabao, alto cargo policial de Barcelona que, con su séquito de agentes, esperaba la llegada del Sevillano en Barcelona Término y detenía a toda persona sospechosa de haber viajado sin cumplir los requisitos. Esta realidad propiciaba que muchos saltaran del tren en marcha antes de que éste llegase a la estación, pues deshonrosa y humillante era la consecuencia de tal detención: tras ingresar en el Palacio de las Misiones de Montjuic, los arrestados eran devueltos a su tierra en el próximo tren que emprendía el viaje de vuelta.

Actualmente puede visitarse uno de los vagones del Sevillano en el Museo de Historia de la Inmigración de Cataluña en Sant Adrià del Besós. Esta institución lo rescató en 2006 y constituye la pieza central de su muestra.


PRESENTACIÓN DE LA COMPARSA "EL SEVILLANO" DE SAN JOSÉ DE LA RINCONADA (2011), QUE HOMENAJEABA A ESTE TREN.




ASOCIACIÓN DE BORNICHOS EN CATALUÑA  -  José Bermúdez

1 comentario:

Asociación de Bornichos en Cataluña dijo...

Imitando al duo Sacapuntas, el tren iba casi siempre " abarrotao ". Disponía de las clases de I, de II y de III, marcadas así con los palitos. Afortunádamente, y como testigo para las nuevas generaciones, de vez en cuando la Filmoteca Española nos muestra como fiel testigo las andaduras de aquel tren y otro de la misma familia como era el " Costa Brava", Port Bou ( Gerona ) - Madrid Chamartín.

Como ya sabéis, yo usé mi propio vehículo para venir de Bornos a Ordis ( Gerona ), una moto marca Bultaco, modelo Mercurio de 150 cc, pero que por no encontrar el pueblo llegué hasta la frontera hispano-francesa en la Junquera, donde la guardia civil, después de saber de donde veniamos y a donde nos dirigiamos, en un tono un poco socarrón nos dijo, amigos, aquí se termina España.

El viaje, que duró cuatro días no fue muy cómodo, pues éramos dos, mi hermano y yo, y, el asiento de una moto, para dos culos es muy poco.

Pero volviendo al tema que nos ocupa, el " Sevillano ", en cuyo tren yo sólo viajé dos veces, el 20 de Setiembre de 1962 de ida a Bornos y el 25 del mismo mes, primer día de la feria de Bornos de regreso, transportó a toda la inmigración andaluza a Cataluña. Sí, era fácil ver a gente amontonada en los asientos durmiendo unos en los hombros de los otros. El olor de la bota de vino y el queso emborrado y otros comestibles, acompañado del obligado cumplimiento " usted gusta " era muy característico.

Alcázar de San Juan era un hito importante en el sacrificado viaje, aquí la máquina de carbón era sustituida por la de gasoil o la eléctrica.

Este tren hacía el viaje principalmente por la noche. Al salir el día, el aire del mar en Castellón abanicaba los cansados ojos de los viajeros y distraía su mente del monótono traqueteo que producían las ruedas sobre las traviesas de madera.

También transportó este tren a muchos soldados que regresaban a sus casas de permiso, aunque por tratarse de un tren exprés éstos no estaban autorizados para usarlo, pagaban la diferencia entre éste y el tren correo que era el autorizado en su " hoja rosa". El correo estaba considerado como un tren carreta.

Entre estos soldados había muchos legionarios, de los que se cuentan muchas anécdotas. Una de ellas era apoderarse de todo el departamento, para lo que iniciaban un proceso de rascarse todo el cuerpo y simular que se cogían piojos.

La estación de Francia en Barcelona así como cualquier otra estación importante de España era siempre un campo de acción para la policia secreta y la Brigadilla de la Renfe de la Guardia Civil. Aquí buscaban a mucha gente denominados " rajamantas ", prófugos y desertores del ejército, conductas contrarias al régimen y, en general, personas fichadas bajo la ley de "vagos y maleantes", donde se englobaba a la prostitución o relacionados con la misma, homosexuales y cualquier persona carente de un domicilio o residencia fija.

Y ya para finalizar, decir que en mi viaje de regreso en este tren a Cataluña, las inundaciones que afectaron a Barcelona y provincia a finales de Setiembre de 1962 me tuvieron detenido todo un día en los túneles de Gracia. Fui a buscar a mi madre y dos hermanos que quedaban en Bornos.

JUAN CABRERA.