Hoy, a modo
de aficionado os quiero enviar este poema que yo he
compuesto como un canto a la muerte, ésa que a
todo ser, tarde o temprano, joven, viejo, enfermo o sano a buscarnos ha
de venir. Deberemos, por tanto, morir, pues nadie a esta sentencia jamás
podrá eludir.
Canto
a la muerte
¡Oh! muerte,
fantasma,
que cabalgas
en caballo negro
con afilada
guadaña,
¿Por qué vienes
a buscarme
a esta
edad tan temprana?
No me lleves
todavía para
mi
última morada,
aunque
vengas acompañada
de
cantos, violines y arpas,
para
llevarme
al otro lado
del túnel
donde
la luz es muy clara,
al otro lado
del valle
donde
la lluvia no empaña
los imaginarios
cristales
de una
lúgubre estancia,
con
imaginarias figuras
de las
personas amadas
enfundadas
en ropajes
de
fúnebre mortaja.
Déjame vivir
hoy,
ven a
buscarme mañana.
Autor: Juan
Cabrera
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