Hola amigos:
Una cosita más en este blog para contar y recordar cómo los españoles que vivíamos cerca de la frontera francesa en aquellos tiempos en que la censura del régimen franquista nos tenía ciegos, sordos y mudos para que no pudiéramos ver, oír ni comentar lo más mínimo sobre lo que ellos consideraban una perversión, en este caso las películas y revistas eróticas o pornográficas.
Por aquí se va a París. Acompaño esta fotografía de El Pertús, ciudad mitad francesa y mitad española, cuyo límite queda configurado por el eje longitudinal de la calle representada en la misma, correspondiendo la parte derecha de la imagen a España y la izquierda a Francia. Esta calle está constituida generalmente por comercios de todo tipo. En las décadas de los cincuenta, sesenta y setenta los españoles aprovechábamos el paso por este punto para comprar café en la parte francesa, mientras que los franceses venían a comprar todo tipo de mercaderías en la española.
Hasta bien entrada la década de los setenta, a los españoles nos exigían el pasaporte para entrar en Francia, mientras que los demás europeos podían hacerlo con el D N I de su país.
Otra característica que nos discriminaba a los españoles era que, mientras que todos los extranjeros que venían con sus vehículos propios venían ya provistos de " carta verde " , nosotros los españoles teníamos que suscribir este documento mediante pago en alguna de las agencias que había en esta calle de " Le Perthus ". Esta carta verde, que a nosotros los españoles nuestra compañía de seguros no nos proporcionaba, se podía suscribir en el país vecino por tiempo limitado: 24, 48 horas, un mes etc...
Más adelante del Pertús, a 10 Km. se encuentra la ciudad de Le Boulou, donde hay un famoso casino en el que muchos españoles iban a probar suerte en la ruleta u otros juegos propios de estos establecimientos.
Pero, sin duda, lo que más nos atraía a los españoles que vivíamos cerca de la frontera era el cine multisala de Perpiñán, el cine " Castillet Cinema ", donde se exhibían películas de carácter erótico y porno, cosa totalmente prohibida en España.
A mediados de los setenta por fin se nos otorgó la reciprocidad del pase de frontera con el D N I, entonces, hasta en Barcelona se fletaban autocares a Perpiñán para ver cómo Marlon Brando, en la película " El último tango en París ", le embadurnaba el " chumino " con mantequilla a la María Schneider. Debido a la masiva concurrencia de españoles para ver esta película, ésta se mantuvo durante mucho tiempo en cartel.
Una vez más os envío un afectuoso saludo.
Juan Cabrera.
1 comentario:
BUENOS TIEMPOS AMIGO JUAN. DIGO BUENOS TIEMPOS POR LA EDAD QUE TENÍAMOS.
uN ABRAZO.
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