Es ya una nueva clase social, y una clase social que puede llegar a ser muy peligrosa, es así al menos como lo ve Iñaki Gabilondo que le da a este fenómeno el nombre de "precariato".
Nos recuerda: " que el número de precarios aumenta en toda España, y aumenta de una forma más aguda a consecuencia de la crisis, aunque según él, procede del mismo pensamiento que siempre ha tenido la clase capitalista hacia los mas desfavorecidos."
Pero que ahora se está desplegando de una forma casi vengativa con la clase trabajadora y que seguramente todas estas medidas que se están adoptando son para que perduren en el tiempo y consolidar una nueva clase, " los precarios".
Los precarios, sabemos muy bien a que se está refiriendo Iñaki, sobre todo, los que pasamos de los sesenta, sencillamente porque nosotros ya hemos pasado por unos años parecidos o aún peores que estos, (Aquí en Cataluña se trabajaba doce horas diarias por seis mil pesetas al mes en los años setenta)
Se está tratando de jóvenes y no tan jóvenes, con trabajos a tiempo parcial, temporales y a salto de mata, hoy aquí, mañana allá, con oficios que hoy es de este estilo y mañana de otro diferente que están haciendo tantas personas para poder tener un mínimo de sustento.
Tanta gente que tenían una determinada formación y oficio y que se están acostumbrando a olvidarse de ella, conformándose con lo que encuentran, una cosita aquí, otra allá, otros días en el paro, sin poder tampoco aprovechar el tiempo en aprender nuevas cosas que les sirvan para salir adelante, porque están de huecos en huecos aprovechando lo que sale en los trabajos más insospechados. (El que los encuentra).
Son tantas las personas que se encuentran en este estado y dura ya tanto y tiene tanta pinta que durará mucho más que se está formando una nueva clase social compuesta por gentes que según Iñaki, se divide en dos clases, los precarios enfadados y los precarios amargados, que no sólo está entre los más jóvenes sino también en los menos jóvenes que ven como avanzan en el empobrecimiento y no tienen horizontes alguno, viven a salto de mata.
Se está creando una determinada manera de entender la sociedad en la que vivimos con unos individualismos egoístas y con unas dificultades enormes para integrarse en nada y con nula esperanza en nada.
Dice Iñaki, "esto no es una causalidad, y no es una causalidad porque responde al intento capitalista de crear trabajitos tras trabajitos (sin ningún compromiso para ellos ni costes sociales) para tener a la gente atada y al mismo tiempo, que parezca que hay más gente ocupada de las que realmente hay. Es el invento Alemán y que impondrá el PP. en España.
Lo cierto es que esta debacle, ha venido para quedarse y lo que se está perdiendo no se va vuelve a recuperar.
¿Cuántas empresas están ahora dejando de pagar lo que antes pagaban a sus trabajadores por sus hijos como la comida del colegio, las guarderías, el transporte, o determinadas ayudas para la educación? Pero lo peor, no es esto, lo peor son los derechos laborales que se han perdido y la manipulación que está haciendo el PP. de estos cinco millones de parados, utilizándolos como excusa para justificar sus recortes ideológicos.
Todos estos beneficios se han marchado para nunca más volver, a no ser que se vuelva a luchar otra vez por ellos como se hizo en los años setenta -ochenta y recuperar el terreno perdido.
"EL PRECARIATO" que forma parte ya de una realidad que se está observando con preocupación porque crece y crece en toda Europa y que es una golosina para los fachas de un signo y del otro, como ya ocurrió en los años treinta-cuarenta y que están intentando abrirse de nuevo camino en esta sociedad desequilibrada y confusa. Una sociedad que le votaría hasta al diablo si le promete que le sacará del paro. Y eso, lo hemos tenido aquí en España muy recientemente.
Saludos paisanos.
Perico Calderero.
1 comentario:
Cuánta razón tenéis, Pedro, Iñaki Gabilondo y tú, que te adhieres a su comentario.
Con respecto a este tema, Pedro, y referente a los datos que citas relativos a las doce horas de trabajo y sueldo de seis mil pesetas al mes quiero comentar lo siguiente:
Desde el año 62 hasta el 68 trabajé en dos ramas, la industria y la costrucción. En estas fechas era norma general en toda empresa trabajar diez horas como mínimo, optativamente, a discreción, tantas como quisieras, realmente una esclavitud, pero creo que con todos los incentivos: plus de distancia, primas por producción, los famosos puntos, etc. se llegaba a un poquito más de las seis mil pesetas que citas. No obstante, con este sueldo se mantenía una casa mucho mejor que la mayoría de esos parados actuales. Se pagaba el alquiler, una renta que en muchas ocasiones no pasaba de mil pesetas, mi ejemplo: años 68 al 73, vivienda unifamiliar, tres habitaciones y demás dependencias, en Gerona, calle Dr. Pascual y Prat número 12; 1500 pesetas mensuales.
Todos los demás datos que podría citar figuran en mi artículo " Medio siglo, dos épocas ", que saldrá en breve.
Un abrazo, amigo Pedro.
Juan Cabrera
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