Como un
golpe de aire fresco llegado de la Bahía. El patio del colegio San Juan de
Ribera de Bornos volvió a pintarse la noche del viernes con dos coloretes para,
en pleno verano, dar vida a una de las grandes pasiones colectivas del
municipio, la del Carnaval. La velada estuvo marcada por las altas temperaturas
y más cuando la chirigota del Love y la comparsa de los hermanos Carapapa se
encargaron de caldear aún más el ambiente, obteniendo el cariño de más de 2.000
personas que se mostraron totalmente entregadas.
En la
memoria de todos se encontraba la desaparecida, al menos de momento, Noche
Carnavalesca que organizaba la peña y que con los efectos de la crisis se ha
quedado en el camino, aunque se tratará de recuperar en un futuro. Para seguir
con la tradición, el área de Fiestas del Ayuntamiento organizó esta vez una
Velada Carnavalesca que no dejó insatisfecho a nadie. No obstante, ante la
falta de presupuesto la clave para que la fiesta se pudiera llevar a cabo la
tuvieron las dos agrupaciones que, por el cariño que le tienen a esta
localidad, aceptaron actuar por la recaudación de la taquilla. La apuesta salió
bien y Bornos no falló, como era de esperar.
El clásico
reencuentro de la Chirigota del Love con Bornos no defraudó a nadie y las voces
de la comparsa de los Carapapas y sus letras llenaron de magia el momento. Los
chirigoteros arrancaron la noche de coplas y durante más de 90 minutos se
metieron al público en el bolsillo con sus letras, sus chistes y todo el arte
que despliegan sobre las tablas. 'Los Puretas del Caribe' no llegaron solos, ya
que estuvieron acompañados por 'Los Pofesionales', 'Los Juancojones' y, por
supuesto, 'Una Chirigota con Clase'. Miguel Mellao también puso su punto de
arte y alegría a la noche.
La fiesta
parecía haber llegado a un punto tan alto que era imposible que mantuviera el
nivel pero, en ese momento, tomaron el relevo 'Los Duendes Coloraos'.
Literalmente levantaron de la silla al respetable en múltiples ocasiones, aunque
una de ellas fuera la más llamativa. Pasaban las 2.35 horas y la comparsa
cantaba a los cinco millones de parados cuando una sorprendente tormenta de
verano hizo acto de presencia. Durante unos ocho minutos la lluvia cayó sobre
el patio del colegio y el público, en un despliegue de arte, utilizó las sillas
en forma de paraguas. La comparsa agradeció la entrega e incluso se pudo ver
alguna ola de sillas.
El repaso
por la antología de la agrupación puso el punto y final a la fiesta, pasadas
las tres de la madrugada.
Fotos de Manolo Avión.
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