En 1649 toda España cedió al azote de la peste. Cada
día morían centenares de personas en los diferentes pueblos y ciudades de
nuestro país, nada podía detener lo que todos pensaban que era un castigo
divino. En la provincia de Cádiz, unos de los pueblos que más sufrió los
envites de la peste fue Bornos. Solo en un día, el 24 de julio de ese mismo
año, murieron 50 personas en el pueblo. Tan escaso era el número de habitantes
por aquella época, que todo apuntaba a la desaparición de Bornos.
Los bornichos rogaban auxilio divino. Acudían con
frecuencia a las iglesias para implorar al cielo. Cuentan que los monjes de
Convento de San Jerónimo decidieron sacar a la calle la imagen del Cristo del
Capitulo. Durante todo un día lo llevaron en unas andas y procesionaron por
todas y cada una de las casas de la villa, visitando a enfermos y transmitiendo
alivio y esperanza. Desde aquel día, un cuatro de julio de 1649, día De San
Laureano, no hubo más muertes a causa de la peste. Es por eso que los
habitantes de Bornos celebramos desde aquel día
la fiesta en honor a nuestro patrón, recorriendo las mismas calles que
hace casi 370 años recorriera el Cristo del Capitulo para salvar a los
bornichos.
San
Laureano es un santo católico de la época visigoda que fue según la
tradición obispo de Sevilla desde el año 522 al 539. Murió tras sufrir martirio
en la ciudad francesa de Bourges en el 546.
San Laureano
nació en Hungría, hijo de padres nobles pero paganos. Durante su juventud un
pariente católico lo retiró ocultamente de sus padres y lo trasladó a Milán,
donde se convirtió al cristianismo. Se dice de él que en la flor de la juventud
era "esmerado en la abstinencia, liberal en las limosnas, trasnochante
en las vigilias, continuo en las oraciones, frecuente en los ayunos, solícito
en recrear a los pobres, modelo en sus palabras, mitigado en la ira y
singularísimo en la hospitalidad".
Huyendo de los herejes arrianos, se trasladó a Sevilla, donde
en el 522 es nombrado obispo de la diócesis en sustitución de Máximo. Permanece
en este puesto durante 17 años hasta el 539.
En el 539 deja Sevilla, trasladándose primero a
Marsella y después a Roma donde se entrevista con el Papa Vigilio. Es
perseguido y capturado por Totila el rey de los Ostrogodos, seguidor del
arrianismo, que le da muerte en la ciudad francesa de Bourges el día 4 de julio
del año 546 y ordena que lo decapiten, mandando su cabeza a Sevilla, la cual
cuando llegó a la ciudad la libró de la peste y el hambre que padecía según el
mismo había profetizado antes de morir.
SANTIAGO SIERRA BARCIA