Manuel Jorques Ortiz publicó en 2011 el libro Historias secretas de Ifni. Hablan los soldados, una
memoria personal de muchos de los jóvenes españoles que participaron en
aquella contienda. Uno de ellos fue bornicho, Antonio Moreno Armario,
que reside actualmente en Sant Celoni y cuya familia está muy ligada a
la Asociación de Bornichos en Cataluña. Añadimos a continuación las seis
páginas que el citado libro dedica a Antonio.
3 comentarios:
Que orgullosa estoy de mi abuelo!! Te quiero guapo!!
Puedes estarlo Pepi. No creo que el pobre lo pasase muy bien.
Mi siguiente comentario tiebe cierta relevancia sobre la " guerra de Sidi Ifni ". Os la cuento:
Corría el final del año 56 y mi hermano mayor, que cumplía servicio militar en Regulares número II de Melilla fue licenciaciado por inutilidad, más que por inutilidad por asunto de la pleura, porque ya estaba casado y era padre de una niña.
El vistoso uniforme de regulares: tarbo, capa bicolor y otros atuendos muy llamativos atrayeron toda la atención de las personas que se encontraba a su paso. Mientras tanto, en la ciudad marroqí algunos soldados españoles derramaban su sangre. Se hablaba mucho de movilización de reservistas.
Cierto día llegó un telegrama al cuartel de la Guardia Civil de Bornos dirigido a mi hermano para que hiciera su presentación urgente en dicha casa-cuartel.
Mi padre, consciente de lo que se estaba cociendo me envío a casa de mi hermano, calle Ancha, 14 para que me informara a que se refería la urgente reclamación.
Yo, obedeciendo las órdenes de mi padre cumplí la gestión encomendada. Dicho requerimiento era para que entregara el uniforme con el que había venido. No obstante, yo me inventé la mía y dije a mi padre que tal requerimiento obedecía a que se tenía que ir a Sidi Ifni. Mi padre, que había hecho toda la guerra civil española no pudo contener la emoción y las lágrimas.
Ante tal panorama y viendo que la broma inventada por mí no había sido recibido de buen gusto, rectifiqué y les dije el auténtico motivo del requerimiento a mi hermano, la entrega del uniforme y la concesión de la inutilidad total para el servicio en el ejército.
Aquella broma por mí inventada me costó el dolor de dos " guantás " que siempre recordé.
Un abrazo, amigos
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